Jhon Deivy Torres Vidal

DOS ORACIONES, UN AMOR

Quiero enarbolar tu boca piadosa y perfecta,

tus vocablos suavísimos, modestos, que besan,

tu lengua en relicario, tu paz devota,

tu belleza suprema que el incienso no apaga,

tus oraciones pulcras que hacen bien

a mis huesos hundidos y a mi alma rajada.

¡Quiero que me ames con la fe que te sacia!

 

Quiero trepar a tus ojos paganos,

a tu mirada encendida y altiva

como hoguera perpetua y cercana

que al verme orar ignora que me entrego

con silenciada voz y amor por ti.

Quiero que mires más allá de mis manos

con tu candela diáfana mi recluida vida.

¡Quiere y cuida mi alma que haces brasa!