Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera
en el astillado mar su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.
Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.
\"Islas errantes\" (2018)