La flecha punta de oro de Cupido,
ha pegado en la diana de mi corazón.
Es mi anhelo: ser amado, se querido,
locamente por ti perdí la razón.
Con su arco muy bien templado,
su mejor flecha... ha disparado;
si por suerte me ha pegado
estos deseos en mi ella ha dejado:
Unir tus pechos a los pechos mios,
ser dos cuerpos un solo corazón, sin fín,
cual escudos en heráldicas unirnos;
como los pájaros en San Valentín.
Serias mi musa, serias mi diosa,
mi exquisita celestial princesa
o mejor aun, mi reina preciosa,
de latir por tí, mi corazón no cesa.
Estoy esperando, en este mi lecho,
una respuesta que me sepa a miel,
que estarás juntito, siempre a mi pecho,
si esa es tu respuesta, prometo ser fiel.