Dulce madre, y mujer pura,
que como perla blanca
sales de la ostra oscura,
con virginal belleza en aventura,
entre un mar embravecido
Y un cielo agradecido.
Bendecida mujer que por el parto
la existencia canta a los niños.
Sin tu cuidado y tu cariño
triste humanidad perdida,
pues la alegría de la madre en verso,
es la misma que expresa el universo.
Gracias, madre, ser de todos los seres,
a ti, mis palabras de amor
que vibran en la naturaleza.
Sin ti, el silencio sin tu amor
es como un rosal en agonía.
Vivo estoy al estar cerca de ti.
Muerto soy, con tu último aliento,
que como polvo, se lleva el viento.