Fue ahí.
Cuando vi como murieron mis amigos, cuando vi como lloraron sus madres, cuando vi todo lo que perdieron los que quisieron vivir una vida sin mesura, cuando nació mi criatura, cuando vi todo el dolor que provoca una muerte prematura y violenta.
Pero particularmente, cuando vi a mi madre desesperada y desconsolada por lo que ella temía, ese día tan duro y a la vez milagroso cuando un par de balas se incrustaron en el abdomen de alguien de mi sangre y mi madre se atemorizaba pero lo enfrentaba, y yo en aparente tranquilidad pero mi corazón se alteraba y me desesperaba y lloraba y rezaba y toda mi familia en fe a dios se entregaba.
Ese día que por poco y fue fatídico, pero no; entendí muchas cosas y obtuve un pensamiento mucho mas maduro, supe lo que no quería causar, por lo que no quería pasar.
Sé que no quiero porque no se si lo podría superar.
Aprendí a valorar la vida.
Israel Najera. 23/10/17. Cd. Jiménez Chihuahua.