En suspenso queda el sueño.
Como colgado en el aire.
Como se queda el aliento,
cuando la herida se abre.
Congelado entre las notas,
de los recuerdos que nacen.
Suspendida la conciencia.
Agazapada al socaire,
de la fe que le conviene.
Consoladora y sumisa.
Fugaz y contemplativa,
en un corazón cobarde.
Soportando la injusticia,
que la atraviesa de frente.
Sin una fibra dañarle.
El sueño se va quedando,
perdido en un mar sin barcos.
Sin timón que le dirija.
Sin deseos que alimenten,
el hueco que va dejando.
Sumiso en la duermevela.
Entre las sábanas flaco.
En los ojos entreabiertos,
miradas de desengaño.
Febril se vuelve la pena.
En la hoguera sumergida.
En las brasas escondida.
Va buscando fenecer,
cuando se quede dormida.
Crisol de penas flotando,
a punto de fallecer.
Brota el recuerdo atrevido.
Irrumpe sin previo aviso,
en la mente distraída.
Como el amor de improviso,
va invadiendo en un instante,
uno a uno los sentidos.
Una explosión de colores,
dando vida a lo vivido.
La sombra se va apartando.
Las tinieblas van dejando,
a la alborada su sitio.
La luz parte los rincones,
que brillan como cuchillos.
La siniestra negritud,
se diluye en los caminos.
Se liberan los sentidos,
presos al anochecer.
La Luna se va ocultando.
Camuflada entre los cerros.
Con las últimas miradas,
escrutando los cerebros.
Marchando se va con pena.
Pero sabe sonriendo.
Que volverá a aparecer,
cuando le llegue su tiempo.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2