(Actualizada, con nuevos ingredientes)
Revolviendo cachivaches de un desván,
encontré un vetusto libro polvoriento,
con cubiertas de bordado tafetán,
y recetas, tal como esta que ahora os cuento.
En sus cuatro escasas líneas, la receta
deja claro que, con pocos ingredientes,
se convierte fácilmente uno en poeta.
Recomienda (es para autores incipientes)
que si vuela tu imaginación la sigas,
pues volando has de ver lo que no está escrito
y después todo lo hermoso que percibas,
que, con suerte, al bajar, lo escribas bonito
Ved también aquí los pocos ingredientes:
Uno mismo, alas (dos), papel, lápiz, suerte,
y la libre imaginación, que, aunque cueste,
con tesón hay que seguir, parando mientes.
Muy difícil no parece el ser poeta,
que también yo estoy pensando en dar el paso
y, si basta con seguir esta receta,
yo podría ser como otro Garcilaso.
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© Xabier Abando, 10/05/2018