Circulen, circulen, no ha pasado nada.
Sólo que la luna hoy está luciendo,
generosa y libre, una carcajada.
Fresno, paraíso y un tilo vecinos
logran la vereda mejor perfumada.
Vivaz una niña va danzando en giros,
sujetando el mundo con una mirada.
Y un acordeonista callejero, anciano,
vibra desde el alma su mejor balada.
Pero ustedes sigan en sus ajetreos:
pasos apretados, cabeza agachada,
juntando papeles para vacaciones.
Circulen, circulen, no ha pasado nada.