Sufrir hasta sentir que el dolor forma parte de mí, y ya no detenerse... Es la frontera, aquí se paran ..., que quienes sienten ese dolor, el sudor y el sufrimiento, y saben que es insoportable, ya no cruzan la frontera.
Sufrir hasta que el dolor forma parte de mi, y seguir, cruzar la frontera, pagar el peaje..., y volar...
Porque mis pies ya no tocan el suelo, que mis brazos son alas de mariposa, y la música me lleva a lugares que nadie más puede ver, mis pies en puntas logran que mis dedos toquen el cielo, y la danza se hace velo, etérea, vaporosa luz...
Nada me detiene, y la música me hace el amor, orgasmo de nube, que conozco el país de la danza, lecho en que el ballet ama, como un trance que me separa del mundo de los mortales, exiliada en un paraiso... escenario por encima del mundo que mira, que no levita, que admira y aplaude, que no perdona, cruel...
Dolor, sangre, sudor, sacrificio, lágrimas y llagas, pero... Conozco el país de la danza, lecho en que el ballet ama y la música me hace el amor, orgasmo de nube. Así...
Y la cruel realidad de la danza.
Autora (MDC.R.P.)