Me sacas los anteojos y me besas
con paracaídas,
salvavidas
y chaleco antibalas.
Tu mano temblorosa
me raja las medias
y se llena de colores,
de secretos,
de espinas.
Sos la musa del diablo
y la puta de Dios
con esos ojos de ágata
y esos dedos de Chopin.
Sonrisa ácida que me come,
que me eterniza
y escribo.