El sol es el aliado del diestro campesino,
que tira del arado, buscando la esperanza,
de surcos bien trazados, producto de su tino;
sus bueyes incansables, demuestran buena crianza.
Copioso el sudor llega, señal de arduo trabajo.
Un buey negro careto, el otro pardo oscuro,
el “arre buey” se escucha, con fuerza senda abajo,
así siguen arando, con paso muy seguro.
Se siembra la simiente, se cubre con la tierra,
se pide con fervor, que llegue pronto el agua,
será la bendición, ¡Zozobra siempre encierra!
La lluvia es abundante, la vida es lo que fragua.
La madre es la patrona, bendice a su marido,
prepara café negro, ¡Son buenas sus tortillas!
Celebra con sus hijos, que todo esté florido,
conversa jovialmente, incluso de novillas,
las tiene controladas, ¡Están bajo su cuido!
La noche llega pronto, es hora de rezar,
se debe agradecer, a Dios lo producido,
igual con devoción, le piden sin faltar,
los libre del pecado por ellos cometido,
así con alegría, se van a descansar.
Es nuestro campesino, un hombre transparente,
es digno, no es esquivo, amigo muy sincero,
cumplido con deberes, jamás un displicente,
se brinda a sus hermanos, su apoyo es el primero,
orgullo de la patria, es próspera simiente.