Dedico esta poesía,
con ternura, con amor,
a la más preciosa flor
que nos llena de alegría.
Ella tiene un cofre de valía
donde guarda, con cariño,
a su diminuto niño;
su útero, es la guardería.
Cuando da a luz a su hijo,
contra su pecho lo abraza,
lo arrulla, así el tiempo pasa,
y ella siente el regocijo
De ser madre ¡algo hermoso!
en su vida de mujer,
que por siempre ha de ser
lo más bello y primoroso.
A su hijito cuidará,
con ternura y con esmero,
con el amor verdadero,
siempre así se lo dará.
Porque es el único amor,
que se entrega intensamente,
también desinteresadamente,
sin premura y con candor.
Como eres tierna y bella,
en este bonito día,
recibe amor y alegría,
porque eres ¡linda estrella!
Vero
08.09.18