El cielo arde
Mis ojos extrañan
Mis ojos recopilan
Estos parajes de aventuras.
Volantines de colores,
Un juego de niño
Que pocos conocen,
Que muchos juegan...
Jugando en estos parajes,
En estos caminos de
Pueblos olvidados
Con su mar y selva.
Quiero ser parte del cielo
Para quemar el día entero,
Que llegue la noche y
Tomar vino en tarro.
Pero estos rumbos
no me dejan volar.
No respetan mi libertad...
Me atan a vagar.
Y que sí quiero caminar¡
De todos modos,
Tendré toda una muerte
Para recapacitar.
Más sin más,
ya estoy escuálida
Detenida en este rural
¡Que venga dios y me haga cambiar¡
Sí el no lo logra,
no creo que otro sea capaz.
siento ese pesar
De no poder parar.
Pero quiero conocer,
quiero crecer.
Y no de tamaño,
¿me entiendes?
Quiero avanzar
pero mi mente se limita
a estos caminos recorridos
y mal dirigidos.
Quizás de eso se trata,
de que no tengo llegada.
De que no hay que parar.
De que la muerte recién es un final
¿pero donde ha de parar?
sin llegada, seria la nada
y como estamos en este todo,
nunca volvería a llegar.
El cielo arde
y mis pies también.
El camino corre lejos
y mis pies también.