(Variaciones sobre un tema ya tratado)
Un abrazo y luego un beso apasionado,
buen preludio serán del ansiado viaje
por el lúdico y fantástico paisaje
de su cuerpo largamente deseado.
Desnudarlo ha de ser divino placer,
mientras beso con fervor cada pulgada
de su piel enardecida y entregada,
su deseo en llama viva veré arder
y una orgía desatada será el tacto,
todo yo, en un arrebato desmedido,
retozando por su cuerpo estremecido,
ya gimiendo de placer, hasta el contacto
de los sexos, acoplados finalmente,
en fantástico vaivén, goce supremo,
hasta el culmen del placer, delirio extremo,
para, luego, acariciarnos dulcemente.
Xabier Abando, 11/06/2017