Ahí está ése lugar
Silencioso como eterna sombra
Acogiendo ése viejo sillón
Como esperado su retorno
Aún la veo sentada
Como si se hubiera empequeñecido
Tiene la mirada extraviada
Como si buscara fuerzas en el viento perdido
Su rostro otrora lleno de energía
Parece un dibujo con trazos de nostalgia
Cómo ha cambiado su dulce sonrisa
Es ahora un trazo perdido entre sus arrugas.
A veces con voz apagada
Creo escucharla murmurar algo que no entiendo
Quizás está recordando su incansable lucha
Por construir el futuro de sus vástagos.
Aún creo escuchar sus pasos
Que ágiles recorren la estancia
Como despertando a la madrugada
Como apurando al tiempo.
Hace años se fue al cielo
Quizás cansada de mi pereza
O decepcionada de mis olvidos
Ruego a Dios la tenga en sus manos.
Hoy al mirar el solitario lugar
Con el desvencijado sillón vacío
Siento el calor de las lágrimas
Que lentamente queman mis mejillas.
Lima, 12 de mayo del 2018