Aquella mirada llena de infinito
me acompaña cada día
y me serena.
Quizá sabías que era la última,
por eso fue tan intensa.
La llevo siempre conmigo,
Y entre mis sueños se mezcla.
Mirada de absoluta despedida,
ambas de pié, tú, a duras penas
Un adiós entrecortado
por tu respiración jadeante,
un beso alternante,
un hasta mañana de la eternidad
en el salón de tu casa.
Y ya
sin tu voz ni tus besos.
Ya, sin tus días ni tu cariño
Tan sólo el recuerdo de tu mirada infinita,
de tu postrera mirada