En el amargo café sorbo el amanecer que asoma , puedo sentir el aroma a tierra húmeda después del declinar de la fría lluvia.
Tiemblo con inusual tristeza,el invierno ha arribado.La vida emerge y se marchita, no dura nada,se ensombrecen mis pasos, desfallecen en el proscenio del imbatible tiempo.
La cautividad acaricia mis ansias de libertad,el alma anida nostalgias,el viento me lleva como ayer,sin saber con certeza ¿a dónde?
Le pedí a Dios entereza,fe, para afrontar el presente, para aceptar un futuro incierto e impredecible.
Debo llorar mi impotencia,remo sin brío en esta mar de soledad,los milagros no existen, comprendo que no puedo cambiar mi camino,quizás solo Dios.
¡Arden los días que aguardo con abisal quebranto!,mis manos se elevan al cielo...¡llora Señor,contempla mi miseria!... es tu amor ausente de mis llanos...¡Sordo a mis lamentos!
Comprendo que la felicidad es efímera,la vida recarga su férrea vara sobre mis carnes,el temor se filtra en mis huesos.¡Fluye espantosa y miserable!...¿a dónde me lleva?
El temporal azota con emociones encontradas, aprietan dolorosamente el alma.
Aunque siempre fuerte,hoy el desamparo me recoge.
En vano toqué muchas puertas...¡será que no escucharon el clamor de mis coyunturas?
Cuando un árbol cae, leña de él ...hacen todos .
¡Sembré rosales y con desencanto cosecho solo piedras!...
¡Oh vendaval que te aproximas,pasa rápidamente!...Cansada llevo sobre mis espaldas ,el fardo abrumador de este aciago destino.
FLOR OLIVA_Autora
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