nos creemos cuerdos
en un mundo loco,
verdaderos mientras
la falsedad se huele de lejos.
nos creemos sinceros
y la hipocrecia como un hedor
brota de los poros.
nos creemos buenos siendo malos
engañandonos a nosotros mismos,
porque le damos un trozo de pan al hambriento
tenemos ganado el cielo,
y la perversidad es un demonio que llevamos adentro.