Se cumplen cincuenta años
Que nuestras vidas se unieron:
Soñando con el mañana.
Un grande amor nos juramos
Para en las buenas y las malas
Fundir en una alborada perpetua
Nuestros anhelos.
Vienen corriendo a la mente
Alole, Juan, y tu moño,
Tu tocadiscos pequeño,
Lucho, el balcón y los sueños
De que fueras mi señora.
Soportaste con empeño
Mi inexperiencia de otrora,
Los tres años que al servicio
Del estado estuve preso;
Y el mal olor de las botas
Que perfumaron tus besos.
Me diste dos querubines
Bellos por fuera y por dentro:
Tu aportaste la belleza,
Yo legué los pensamientos.
Vivimos el deterioro
De materia y corazones,
Quedando atrás los valores
De quienes nos precedieron.
El destino nos situó
En esta tierra bendita
Donde fuimos recibidos
Con amor y simpatía.
Con el tiempo nuestras sangres
Para bien; se fundirían
Con Fernandez y García
Dándonos siete chiquillos
Huellas de nuestra estadía.
Trabajamos duramente:
Codo con codo lo hicimos.
Para que en el nuevo nido
brillara el sol plenamente.
Al Ser Supremo agradezco
Que uniera nuestros caminos;
¡perdón por mis desatinos!
¡Ya no hay mío...!
¡Todo es nuestro!