Decía un gran entendido
que la amorosa aventura
lo que dura dura dura.
No estando yo convencido,
mis dudas a ese respecto
se terminaron un día,
al ver que no conseguía
tener mi apéndice erecto
ni tan siquiera un momento;
mi circunstancial amante
lo encontró tan humillante
que mostró su descontento.
Semejante gatillazo,
se lo tomó tan a pecho,
que mostrando su despecho,
se marchó, dando un portazo.
Bien decía el entendido
que la amorosa aventura
dura lo que dura dura.
Ahora ya estoy convencido.
© Xabier Abando, 12/05/2018