Aquí en mi soledad anida un gran silencio,
que aumenta mi tortura y me asfixia,
me ahoga de recuerdos, recuerdos imborrables
que vuelven y atenazan de dolor inmenso el pecho.
Mi soledad está presa atada a mis recuerdos
son memorias viejas, historias de otros tiempos,
dolores ya ajenos que rompen el silencio
de aquellos mis ancestros y regresan murmurando
de acerbos sufrimientos.
Mi soledad está presa en cada sentimiento,
no puede ya soltarse, no puede ya aliviarse,
está como grabada en mi alma a puro hierro,
se extiende por mi vida cual suave riachuelo,
creciendo lentamente, aumentando mi tormento.
Mi soledad envuelve mi mundo de silencios,
ahoga mis suspiros, los encierra sin remedio,
sofoca la esperanza que brota de mi pecho
dejándome un amargo sabor a desconsuelo,
que lastra el sentimiento nacido de algo bueno.
Mi soledad sombría no puede ya sanarse,
no puede sin dañarme, está como plagada
de muy malos recuerdos y siento que avasallan
mi alma desde adentro, mordiendo mis entrañas
hundiéndome en el tiempo, viniendo desde lejos,
allá de mis ancestros.