Encontrándose distantes
quizás dos seres un poco ausentes
con destinos diferentes
empezaron a conocerse.
Avanzaron en una amorosa travesía
admirando las maravillosas montañas
acortando sigilosos pasos,
se detuvieron en un pequeño riachuelo
acompañados del aroma de las flores
con la tenue luz de la tarde.
Solitarios en aquel espacio
mientras revoloteaban sus ilusiones
desconociendo cualquier sonido
sintiendo divinos suspiros
y, con el roce de la suave brisa
abrieron camino a la locura de un intenso idilio.
Eran las luciérnagas eternas confidentes
se arroparon bajo besos y caricias,
fueron los luceros titilantes
fueron las estrellas andantes
testigos de la fusión de dos cuerpos radiantes.
Mientras se fundían en el fuego de la pasión
se abrieron nuevos horizontes en esta espléndida travesía
donde reinó el amor bajo el cándido lecho de caricias
ambos dejando atrás todas las carga de dolor.
Artemisa
Mayo 2018
Caminos Inciertos
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Venezuela