emiliodom
La trampa de la felicidad.
El estado de ánimo. Si cerramos la puerta, al mensaje de
la tristeza, que nos invita a la reflexión y a la transformación,
cuando la crisis acabe emergiendo, puede ser demasiado
tarde. Varios estudios han demostrado, que un incremento
artificial de la sensación de felicidad-siempre beneficiosa
en niveles moderados- resulta contraproducente.
Quien está satisfecho de forma permanente, no se esfuerza
en mejorar. Los que la valoran en un término medio entre
el uno y el diez, suelen tener más éxito, que los de mayor
puntuación, siendo estos considerados extremadamente
felices. El índice elevado de satisfacción, conduce a la
pérdida del sentido de la realidad, adormeciendo nuestras
herramientas personales para enfrentarnos a los periodos
temporales de crisis.