¿Cuando miran que su gente
esta siendo asesinada
no sienten la llamarada
que les nace de repente
como gran fuego candente
que les corre por las venas
haciendo propias las penas
de las madres desoladas
que lloran acongojadas
con tan brutales escenas?
¿Como se puede decir
a quien niños asesina,
los que con alma pristina
solo tratan de exigir
el derecho de vivir
sin miedo y sin represiones
y que brillen los pendones
de justicia y libertad
y no exista la impiedad
que destroza corazones?
¡No se puede perdonar
a quien mata un estudiante
sabiendo que es el diamante
que a la patria hará brillar,
que su luz ha de cambiar
miseria en canto glorioso
que cifraron con gran gozo
su madre con sus hermanos,
mas la ambición de tiranos
trunca sueño tan precioso!
Pregunto a los asesinos
si es que les falta conciencia
pues convierten en dolencia
aquellos hermosos trinos
de jóvenes que cansinos
ya se hastiaron de mirar
a nuestra patria llorar
bajo la bota opresora
y quieren la nueva aurora
que a todos debe alumbrar.
La balas que ustedes vierten
para matar inocentes
serán las fuertes simientes
para que todos despierten
ya que sus plomos convierten
corazones retraídos
en fulgores encendidos
que harán llegar la justicia
ante la cruel inmundicia
de déspotas pervertidos!
Autor: Aníbal Rodríguez.