Mi hijo, lo mejor de mí,
fruto de mi gran amor,
razón de mis desvelos,
luz que ilumina mi vida
Motor y fuerza que sobrepasa mi desaliento,
desde que germinaste en mi vientre te he amado
y tú has estado en el centro de mi vida,
alegrando mis días
Con dolores, alegría, retos, ganando batallas,
ahora ya hombre, como buen ciudadano,
alcanzando tus metas, te miro y me digo,
hijo mío como ha valido la pena luchar por tí.