Aquí, exhumando recuerdos,
de cara a mi madre
ya difunta, ya lejana,
voy sacando a flote
lo que callé un día:
nunca le dije \"te amo\".
Y ahora que se ha ido,
ahora que ya no está
para arengarme o callarme,
para darme un tímido
pero afable \"buenas noches\"
descubro que soy como ella:
de pocas palabras. Sí...
mamá, yo también te quiero.