Ruth García

Mi estrella.

En una noche fría, oscura, solitaria y con un cielo sin estrellas,

en medio de un suspiro por esos tristes recuerdos,

en plena batalla entre mi mente y corazón,

me atreví a mirar al cielo y apreciar a la estrella más brillante

que en él se encontraba,

me deje envolver por su brillo y hermosura,

que jamás me percate que era inalcanzable en mis días,

me atreví a soñar, amarla y mirarle todas las noches,

le prometí a mi vida que esa estrella estaría en sus días y en sus noches,

hoy me encuentro bajo ese mismo cielo y en mi mente solo suena una voz, 

que en aquel cielo esa estrella jamás me perteneció,

aún vivo en batalla y el corazón le dice al alma “se le olvido a la mente que puede

ver millones de estrellas pero jamás ninguna como ella”.