Envuelto en una bolsa vacía,
sintiendo que la vida, de mí huía,
con un dolor que me entumecía,
simplemente porque en mi vida ya no te veía.
Pasaban mis días y sin poder evitarlo,
cada minuto avanzaba y tenía que aceptarlo,
que me tocó perder y me costaba superarlo,
una etapa de mi vida que no supe como borrarlo.
Y solo una lágrima evidenciaba mi dolor,
todo mi cuerpo invadido de temblor y sudor,
que cuando alguien me veía temía lo peor,
todo se consumía y ya no había vida en mi interior.
Hasta que desperté y vi una nueva realidad,
una esperanza que me abrigaba con suavidad,
la posibilidad de disfrutar de algo de felicidad,
que en medio de mi dolor, me brindaba tranquilidad.