Yo que era mas romántico que la luna,
con mi rebeldía infinita,
defensor de las causas perdidas,
aunténtico soñador.
Yo que me sentía creativo,
un artista,
guitarrero y pescador.
A mi que me llegaba todo,
y a su vez todo
para mi, era canción.
Puse un pie en cada barca,
ya no camino sobre las aguas,
y se que gano mas batallas ahora que uso dos espadas.
Camine sobre espinas y sangré
tragué agua cuando nadé
y ya no volví a dormir sin luz.
Comencé a recurrir laboratorios,
me bañe en aguas cristalinas
y no volví a dormir sin luz.
Me olvide de aquel viejo dicho, que dos mas dos nunca es cuatro
y ya no me asombro con el ratón.
Ya no escribo ni compongo,
ya ni sueño ni propongo
Me prefería antes
iluso,
ingenuo,
crédulo,
inocente,
perdedor.
Tendré que volver a contar estrellas,
y detenerme en las flores que crecen en medio de las piedras
que hay en los ferrocarriles.