En sus ojos lleva estrellas fugaces,
fogatas luminiscentes, audaces
irisan radiantes el firmamento,
inundan esferas mi pensamiento
creación divina reveló en su mirar
deja en mí, el arte poético de amar;
bella estación, florida primavera
luz perenne, en mi ser reverbera
un tono puro, un tono violeta
desborda mi ilusión, nace aquel poeta
que escribe versos eternos para ella
en la albura que su alma y ser destella;
absorto, en silencio te contemplo
en mi mundo de sueños, es tu templo
en medio del verdor, mi bella rosa
proyecta tu imagen divina diosa
en tu belda florece un sortilegio
nacen en tu sien azahares, ¡Prodigio!
La madrugada y sus mil sombras lóbregas
blanden filosos silencios, tú llegas
envuelta en un largo manto blanquiazul
entre tus manos un pequeño baúl,
llamas extensas en rojo, es fuego
me envuelve tu candor en un sosiego;
por vos suspiro, ¡Oh, gran amor mío!
Guardo versos en el fresco rocío,
en las alas del colibrí dormido
un te quiero, un mensaje en el pindo
soplará el céfiro develará…
Esta bella utopía, no morirá.