Tu risa.
Tu risa, Dios, que maravillosa sinfonía.
Desearía que sea eterna.
Jamás había escuchado algo tan poético, como tú risa.
Tu risa, cariño, invadiendo mi audición, enderezando todo.
Nada más gratificante.
Tu risa. Alucinante.
Será que nunca te había escuchado con tal magia, hasta ahora.
Será que no imaginaba que faltaba algo realmente importante.
Tu risa.
Cómo no pude notar, que jamás te había escuchado ordenar el mundo de esa manera.
Cómo no me di cuenta, que faltaba la pieza más importante del poema.
Tu risa, amor, se debería llamar vida.
Enciende, trasciende, y purifica el alma.
Confunde, calla y mortifica los demonios del placar.
Cielos, cariño, que maravillosa obra de arte.
Si no logro mirarte, déjame escucharte.
El secreto para sobrevivir, ahora es cuidarte.