FIDEL HERNANDEZ

MÍRAME

Mírame;

sí, mírame con esa mirada

que sólo tienes tú.

Mírame;

pero no me mires

con la del mar azul;

mírame

con la de la oscura noche

que tanto embriaga,

que tanto embruja

que penetra en mi interior

y yo, sin ningún reproche,

la dejo ahí

con mi dolor.

Mírame otra vez,

mujer,

como lo hiciste ayer.