Tu también río casi acequia,
estrangulado por los juncos y las cañas,
Que alimentas pequeñas huertas entre riveras con industrias,
y llegas seco a Sagunto,
Tu también Palancia estuviste en el frente.
Agua que levantaste las últimas fortificaciones \"XYZ\"
Los obreros republicanos de Valencia te erigieron
como frontera entre la vida y la muerte.
Agua convertida en una garra indomable,
que enterró en la Sierras de solo un golpe,
a un ejército de bestias.
sonaste como golpe de la azada de un agricultor,
cuando entierra a tu vera el estiércol de su huerta.
Hoy sigues flotando sobre la herida.
Tu arenal de campo de concentración está borrado,
Incluso la huella de Buero Vallejo,
que te conoció desabrigado y perdido entre los prisioneros ,
se ha borrado de tu curso.
duerme en las verdes y pacificas acequias cercanas al mar
que mece en sus húmedas entrañas a los muertos, heridos, humillados, heridos.
Ningún nombre, ni el destino de esas vidas queda escrito en un muro.
La bestia ha vencido, y ha escrito en las amarillas fotografías que recuerdan fusilados, de las niñas con el pelo rapado, de las mujeres bajo la bota de un fascista, en las cuentas, en el valle de los caídos.
Aquí está todo perdonado y olvidado.
pero algunos puntos se sigue escuchando chocar la voz de tu historia contra la roca
y queda escrita sus renglones ciertos en lo más hondo de la memoria:
para siempre.
Angelillo de Uixó. Basado en la visita de hoy a Soneja. Fotos de la exposición sobre la linea XYZ de la casa de la mancomunidad del alto Palancia de Soneja.