Bajo el cincel, su candor agoniza
Entre pequeñas y trémulas lágrimas
Que, frías y limpias, hastían.
Y a lo lejos se escuchan pasos
Que por ahí dicen, traen suturas
Para la persona que, con dulzura
Araña corazones, rasga lazos.
Porque en un pasado hubieron más
Que, viendo una sonrisa raída
Con ahínco y de manera audaz
Le demostraron cómo abrir una herida.
Entre sus pétalos y los rayos de sol
Crearon una gran pared roja
Como el color de aquella flor
que lentamente se deshoja.
Ahora es un lirio marchito
Rociado de hipocresía,
De palabras que caen vacías
Y el calor de un suspiro.