Del libro La Vida es Viviendo
También de alegría se llora,
con llanto se confiesa amor,
hay lágrimas en el regreso,
y nostalgia en el perdón.
Si has llorado de placer,
o quizás de la emoción,
es porque se hace sensible
la alegría en tu corazón.
Una lágrima es sublime,
es como una confesión,
es una entrega que abraza
con humildad y devoción.
Llorar es vencer el miedo
a demostrar tu interior,
a entregar tú esencia plena
en una gota de amor.
Es más valiente el que llora
que el que ahoga su expresión,
porque el que llora se entrega
y el que no, endurece el corazón.