¡Cómo no recordarte amada mía!
si, en tus brazos encontré bonanza,
en mis sueños floreció la añoranza
vos fuiste exquisito vid que bebía;
llenabas mi limitada existencia
entre tus juegos, besos y caricias,
llenabas de luz mis arcas vacías
bendito bálsamo era tu presencia.
Un milagro aquel maná de tus labios
contigo rosas de abril florecían,
purpúreas, perfumadas crecían
llevando aroma al mar y sus navíos.
Majestuoso y brillante ángel alado
plumaje puro y blanca vestidura,
fuiste bendición, gran añadidura
eras musa de cabello rizado.
Recorrimos los sublimes paisajes
el amor y la ternura equipajes,
en tu andar iluminabas colores
probamos la miel y los sinsabores
El amor nocturno, una utopía
escribiendo versos como en papiros
mis labios pluma, tinta mis suspiros
emula tu alma, gran antología.
Siento cerca el ocaso de mi vida
este vate en su poesía no te olvida
llega hasta mí, la luz de tu sonrisa,
mi boca pronuncia tu nombre… Eloisa