Como bella felina enamorada
ya repliega las uñas de su mano,
y me deja besar el mito urbano
de su boca sexual idolatrada.
Los temores olvida bien amada
tu cabeza reclina en mi rellano,
y palpita en tu cuerpo soberano
la pasión que culmina mi llegada.
Primeriza que siente la presencia,
de un profundo pleamar tan amoroso,
su virtud es desborde de inocencia.
Es un río que fluye prodigioso
en un cuerpo repleto de excelencia,
donde el amor consumo esplendoroso.
Claudio Batisti