¡Amada Mía! tu sonrisa, es recuerdo;
que embriaga, el silencio de la noche;
que coge una mirada, en el infinito;
con caricias invasoras, invaden el alma.
¡Amada Mía! tú que recuerdas, mis melancolías;
coge mis mejillas, para poder estar a tu lado;
para verte sonreír, cuando estés distante;
cuando tus ojos míos, giren en cada estrella...
Giren como explosiones, que encanten la noche;
que despierten, las sensaciones del alma;
como chasquidos, rocen estos latidos;
que respiran mirando lo infinito...
Que alimentan, cada vacío del alma;
que calman esta sed, con un solo suspiro;
cuando tu inocencia, moldea este jardín;
cuando tus labios, alimentan la calma...
¡Amada Mía! despierta porque tu mirada, es vida;
es respirar a la vida, con un solo intento;
¡Amada Mía! tú que miras las estrellas;
estremece los sueños, para poder encontrarte...