Sigues siendo mi consuelo,
mi vida, mi compañero,
pero no veo en tus ojos
la misma chispa de ayer
hoy brillan pero cansados
como pesando la vida,
tu sonrisa es una mueca
de vez en cuando en el día
y tus rulos ya no están,
se cayeron con el tiempo
hoy pintas algunas canas
que caen sobre tu frente.
Pero algo no cambió
atravéz del tiempo tirano
sos mi guía, mi protector
y me llevas de la mano.
Yo te quiero como ayer
y me sigo enamorando
cada día, cada noche
con tus cuentos y relatos
porque en tu alma habita
el niño aún puritano.
NB