El halo de mariposas que dibujaron
tus besos y dulces arrumacos,
tornáronse estampida de agujas
que ahora son tapiz sobre mi piel.
Mujer invisible a priori,
amada, y hoy rasgada.
¡Cierro puertas, azoteas y ventanas!
huracanes se acercan en su vaivén.
Con desasosiego, precinto con una "X"
cada lámina de frágil cristal
que me sepultan sin tu mirada.
Cojones te habías de cortar,
antes que a mí dañar...
Sin embargo, todo se salvó al final,
todo excepto a quien siempre dijiste amar.
No hables de amores imposibles,
habla de tu miedo a volar.
No hables del verbo poder en negativo,
habla de tu corregir habitual.
Sí, rasgada, averiada, consumida,
vuelta a la invisibilidad,
desde donde coso mis alas
y a cada puntada te añoro sin cesar.