Con mis pupilas fijas en el océano sobre mi,
un suspiro recorrió mi ser y entonces
quise ser gas,
andar y subir por ahí,
sin un trazo específico.
Dejarme llevar por el cálido viento de primavera
o los fríos del otoño venidero.
Quise ser nube para disiparme lentamente
bajo ese cielo perfecto
o para descargar mi tormenta en una agitada precipitación anhelante
y calmar asi las ansias de vida bajo mi piel,
derramando mi agonía,
vaciando mi sentir.
Soltando mis copos de nieve e intenso granizo
Liberando mi energía en esa espectacular danza de luces y estruendos.
Finalmente dejarme caer, dividirme en dos, o cuatro, o seis...
Empedrar el ocaso y transformarlo rojizo...
Ser suave y pronto seguir mi camino...
Para cambiar mis colores y transformar mi ser.
...Quise ser nube...
...Para despojarme de mi abrigo.