YO CLAUDIO

EL DUELO.

Se veía venir una tormenta, 

en una fría noche de invierno,

cuando el reloj marcaba las diés, 

se juntaron dos hombres vestidos

de negro.

Se miraban con réselo ante la entrada,

y cual de los dos, saludaba primero  a la dama.

Sus palabras entre cortadas, temblantes,

mirando a la mujer que venía asustada.

Allí se quedaron quietos y mudos 

como dos toros en celos, rabiosos,

como buenos caballeros decidieron batirse en duelo

a la mañana siguiente del día primero.

Allí se quedaron tendidos los dos amantes, 

cada uno, con una bala en el cuerpo

la mujer lloraba por sus hombres 

sin saber a cual, era,

al que mas había querido.