Soñé que soñaba
y me desperté soñando.
Soñaba en esas noches
cuando no necesitaba soñar
porque mi Sueño
eras tú.
Y me desperté soñando
Soñándote me contabas
que aún me sueñas
que el amor sigue allí
entre esos pequeños mensajeros
tuyos y míos
Y me desperté soñando
Senti tus labios
esos que no han terminado
de besarme
que son como moras maduras
que dejan su aroma sutil
en los míos
Y me desperté soñando
Me decías lo que me has repetido:
esa carta, esa carta que aún quemada
se grabó en tu cuerpo
que era imposible lo
que siempre ha sido
y seguirá siendo
Y me desperté soñando
Como mis gatos
que buscan las caricias
pero que controlan
sus distancias
estás siempre buscando las mías
haciendo lo posible
por poner tus distancias
Y me desperté soñando
Tenemos tantas formas de soñar
tenemos algo precioso
perenne e indestructible
que ni la ciencia, ni los civismos
han avasallado
es simplemente nuestro Sueño
y tu lo sabes
algo así como Neruda lo escribió:
“quiero hacer contigo
lo que la primavera
hace con los cerezos”
Y me desperté soñando
¿ Crees que en ese rincón
de la Galaxia, único rincón,
la noche ha terminado ?
No lo crees pues los dos sabemos
que es allí donde nos refugiamos
para soñar
Y me desperté soñando
Ya no se cuándo ni dónde
ni dónde ni cuando
cuando tus manos en mis manos,
las tuyas y las mías
o las mías en las tuyas
seguirán siendo
me vuelvo a mi Sueño
pero
ahora
guardo mis distancias
Y me desperté soñando
Jafsc, 20 de mayo 2018, Port-Daniel
Quebec, Canadá