Recuerdo aquellos rostros de amargura y desolación, los llantos de los inocentes y los culpables rogando por el perdón.
Me intriga tal atrocidad, me confundo ante tal delirio y si es que acaso la realidad es tan mala como lo dicta mi pensar.
Me enorgullece estar en El limbo de la cordura y la locura, puedo disfrutar de mis libertades pero no opacar las del resto.
Eso me vuelve una cuerda de mente abierta.
Me pregunto si aun sigo dormida, anestesiada a la vida, amarrada al sistema, rodeada por la sociedad occidental o aun peor... ¿Quizas ya desperté?
¿Estoy en Nous? ¿Por fin habré encontrado la divinidad del pensar y del alma?
Aunque la teoría de que siga en mi Eikasia no es del todo falsa, puesto a que la ignorancia de mi estado es completa, mi crueldad hacia el prójimo aumenta y mi estado infrahumano prevalece...
¿Verdad?
Así que todo se vuelve confuso, no puedo descartar ninguna opción. Puedo agregar más dudas y ya casi no acceden las respuestas precisas.
Mi cerebro a cada milenio se vuelve más obstinado, si hace años era invencible hoy soy un punto aparte, un manifiesto sin argumentos y un pensamiento débil.