Wellington Rigortmortiz

* El Jardín Sublime

Al pie de mi desolado balcón,

mientras la lluvia

lava todos los pecados

de la humanidad en el mundo,

en esta noche fría y muda

bajo una luna

que cubre su desnudes

con el manto gris del firmamento,

desde el borde

de las alturas góticas de mi mente,

recuerdo el arcano instante

en el que mi alma

deambulo tenuemente

por el jardín virgen de tu piel

buscando el elixir de la vida eterna

para la mente, los sentidos

el corazón y mi cuerpo

que envejecidos estaban

por el cruel conjuro

que la soledad y el tiempo

como maldición marcaban

en su oráculo del destino.

 

Un amor y dolor tan exquisito

recorre la esencia de todo mi ser,

inexplicable es,

misteriosa mandrágora alquimista

que noche tras noche ingiero,

me alucina permitiéndome

continuar mi viaje de amor y pasión,

la travesía celestial

que santifica mi espíritu de pirata,

corsario que otorgo todos sus tesoros

desprendiéndose

de toda frivolidad mundana,

de toda superficialidad;

…la odisea subliminal del alma,

me guía sin mapas

ni estrellas a seguir

el instinto espiritual

de nuestros sentimientos,

adentrándome más y mas

a la intimidad oculta

que el jardín de tu cuerpo

guarda celosamente con el alma.

 

Al pie de mi desolado balcón,

mientras la lluvia

lanzando un estruendoso grito

en relámpagos que incesantes

fragmentan el firmamento

ahuyentando la oscuridad,

en esta noche fría y muda

bajo una luna

que ya desnuda ilumina mi rostro,

desde el borde

de las alturas góticas de mi mente,

recuerdo el arcano instante

en el que tenuemente, deambulando

mi alma por el jardín virgen de tu piel,

halló el elixir de la vida en el interior

de una pequeña hermosa flor, una rosa,

que con su deliciosa humedad en rocío, 

al acariciar su delicada entraña,

le otorgo vitalidad a mi ser,

mi alma, dulcemente lastimada

fue por sus espinas, la misma, sangrando

derrama la naturaleza liquida mística

que heredada

fue de una nebulosa astral,

sobre la suave piel de la mujer que ama;

…al pie de mi desolado balcón,

mientras la lluvia lentamente se extingue,

desde el borde

de las alturas góticas de mi mente,

recuerdo el arcano instante

en el que mi alma

deambulo tenuemente

por el jardín virgen de tu piel

buscando el elixir de la vida eterna,

descubierto y bebido,

adicción me causa en el alma,

en el cuerpo, en la mente, el espíritu

y el corazón, atado a tu amor,

todo mi ser contempla

la desnudes de la luna,

imaginando sentir tu presencia

darme de beber nuevamente

tu elixir de vida

para después yo embriagarte

con mis sentimientos reverdeciendo

el jardín sublime de tu cuerpo en el alma.