Entre abismos de ocres suspiros
verdugos silencios aullaron su dolor,
la soledad sembró infaustas heridas.
Entre alas oxidadas y vuelos truncos
las ansias extraviaron su alquimia,
lágrimas nublaron el rumbo.
Entre tumbas de horizontes inertes
girasoles parieron un puente, vida
el alma levita, sucumben los miedos.
El tiempo destronó la eternidad
después de mi última muerte
bajo mis pies, late el olvido.
Nora Bó
DRA