Izandro

El Pecado de tus Besos

 

Seré el perlado carmesí de tus labios enamorados,

Y también el aliento cautivo,

Donde se han dormido el trino de los míos,

Seré el beso cómplice,

Donde tu sonrisa ha echado raíces,

Y el rubor extraño de tu Amor,

Cuando un beso tuyo me haya herido.

 

Entre la tierra y el sereno,

Tus labios iluminan el silencio,

Y las raíces de un arcano roble,

Se han sembrado entre mis sueños;

Tengo el tiempo más perpetuo,

Y la condena más dulce de un esclavo,

Esclavo de tus besos,

Y del pecado de hacerlos míos.

 

En la vera de un alejado camino,

Me siento y espero el barlovento que te acompaña,

Y la dulce sonrisa que te ilumina,

Va cantando como coro, de un Ángel en la mañana,

Me siento enamorado,

De verte pasar muy de lejos,

Y sueño con tomar tus manos,

Y oler el aroma de tu vida,

Me siento… y te veo enamorada,

Y quizás no seas mía,

Pero el perlado de tus labios…

Es ámbar y ambrosía,

Y me condeno en el silencio de la tarde,

Al besar tus labios que son pecado,

Porque sé que no eres mía.

 

El pecado de tus besos,

Y el mirarte a lo lejos sin fortuna,

Esperando entre la tarde y la llovizna,

Uno solo de tus besos,

Y morir en paz mientras aún viva;

Vivo soñando con tu abrazo,

Y muero un poco cada día,

Al verte despacio y muy de lejos,

Con tus labios,

Y el pecado de pensar, de que algún día seas mía.