Xabier Abando

Hay un tiesto en mi balcón

 
Hay un tiesto en mi balcón

en el que nada me crece;

a ese pobre, me parece,

las plantas le dan plantón.

 

Deseo de corazón, 

ver cómo en él brota y crece

esa rosa que merece

quien me nubla la razón. 

 

Lo riego con ilusión

tan pronto como oscurece

o, si no, cuando amanece,

a veces con profusión,

 

y ese tiesto tontorrón

para nada lo agradece,

y hasta insensible parece

tras su coraza marrón.

 

Hay tiestos alrededor 

en que todo reverdece

y en su momento florece,

con evidente esplendor,

 

toda planta que es de flor

y en este otro nada crece,

ni en él siquiera aparece

el más mínimo verdor.

 

Dijo un sabio en la cuestión

que sólo miseria crece

en la tierra que padece

del mal de la corrupción.

 

Va a ser esa la razón

de cuanto malo acontece,

por más que él no lo merece,

al tiesto de mi balcón,

 

cuya tierra, en conclusión,

será de allá donde crece

la miseria y que padece

del mal de la corrupción.

 

© Xabier Abando, 22/05/2018