La noche respira jadeante de contenta
ha vencido la postura de los lentes,
al día y a lo amado.
La noche encantada anda de ronda
respira calmada y cadenciosa.
Espera a la niña que la vea
y le regale un verso.
La noche con sus silencios y sorpresas
se estaciona
Lenta transita la ruta y se transmuta
para que el brillo de la muerte
no la alcance.
Para que la luz no la elimine
de su baile con la vida.