Un sol de neón,
con sus rayos
penetrando la ventana
en la habitación,
sobre mi frente
estando yo aun dormido,
desea proyectarme en el alma
lo que mi mente guarda,
radiografías
de mis sentimientos
para en cruel negativo
mostrarme los fracasos
sobre triunfos tan pequeños
como el respirar de un nato
o el exhalar final de un moribundo,
cuan especial podría ser el meditar
con la mirada distraída hacia el techo;
sol negro, Nibiru para el mundo
de mi constante imaginario,
galaxias negras
de vacío, vestido de una reina
que se cree diosa,
eyaculo nebulosas estériles
sobre la espalda del silencio,
volcanes de odio
que habían dormido por siglos,
despiertan agrietándome el pecho,
el tiempo, adelantado,
en su inmensidad viaja en espiral,
envenena con su aliento helado
de vejez a todo ser viviente,
visiones del posible final
puedo observar,
el arte se desvanece en mis manos,
cera derretida es la melodía,
el amuleto de una decisión final.
Un farsante sin fe,
desfloración a traición
es mi conciencia, que,
violada la esperanza,
esconde su vergüenza
tras el telón apolillado del tiempo;
el pirata estelar
que domó mares oscuros,
galaxias corrompidas
por anhelos mezquinos,
por sueños
todos corroídos de dudas,
un corazón de cuásar
late en el interior
de este planeta de miserias,
qué creaturas coexisten
con toda esa radiación?,
qué misterio será develado
por estas radiografías
de mis recuerdos?...
sentimientos atumorados?,
en una tierra de leyendas,
mi alma se revuelca
pidiendo información,
quien podría yo ser,
que esta mas allá de mi visión,
de mi entendimiento;
un sol de neón,
con sus rayos
sobre mi frente
estando yo aun dormido,
proyecta en el alma
lo que mi mente guarda,
radiografías
de mis sentimientos,
sol negro, Nibiru para el mundo
de mi constante imaginario.